miércoles, 9 de julio de 2008

Le Breton

La paleta - Desechando los huesos, omoplato y húmero, y cortando el garrón delantero (cúbito y radio), queda una pieza vistosa con distintos matices y sabores. Es apreciada la parte central para la obtención de bifecitos que van cocidos a la plancha o sartén. La dos puntas generalmente se trituran para obtener carne picada magra y de calidad.

El reconocimiento del carácter simbólico del cuerpo rompe con el modelo dualista de la metafísica occidental que separa cuerpo y alma, modelo a partir del cual se disocian dos tipos de dolores: los biológicos (de los que se ocupan los médicos) y los espirituales (de los que se ocupan los psicólogos y psicoanalistas). Pero cuando se ocupa de la dimensión simbólica del dolor, Le Bretón desliza un sesgo culturalista o simbolista tendente a negar la dimensión biológica, orgánica y fisiológica del cuerpo.


La formidable convergencia de prácticas relativamente recientes, o cuyo éxito es reciente, hacen que el cuerpo sea vivido hoy a menudo como un accesorio de la presencia. Un material a bricolar para ponerlo a la altura de la voluntad del individuo. El cuerpo es un objeto imperfecto, un borrador por corregir. ¿Qué hace la cirugía estética? Se intenta cambiar el cuerpo para luego cambiar la vida. El culturismo va en la misma línea: no es cuestión de contentarse con el cuerpo que uno tiene, sino que hay que perfeccionarlo, controlarlo. Una tercera lógica está en juego: a falta de poder controlar la existencia en un mundo que se presenta cada vez más inaccesible, se controla el cuerpo. Una manera simbólica de no perder su espacio en el tejido del mundo y de procurarse un sentido, un valor, proyectos, etc.

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